Masacre de Trelew: el fallo se conocerá el lunes 15 de octubre

 
 
Terminaron los alegatos y el miércoles 10, los marinos acusados por los fusilamientos del ´72 en Trelew dirán sus últimas palabras. El tribunal quiere adelantar la lectura de su esperada sentencia para el lunes siguiente.
 
Tribunal definitivo. Desde la izquierda, Guanziroli, Velázquez y Monella, con la historia en sus manos.









El miércoles 10 de octubre, los 5 marinos acusados de ejecutar la Masacre de Trelew tendrán la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras ante el tribunal que los juzga. Será la última audiencia del proceso y tras escuchar toda la evidencia en su contra. Tras esa instancia y si no hay contratiempos, la histórica sentencia por los 19 fusilamientos del 22 de agosto de 1972 se leerá el lunes 15 de octubre en el Cine Teatro “José Hernández” de Rawson. Así coincidieron todas las fuentes consultadas por este diario.
Aunque los jueces Enrique Guanziroli, Juan Velázquez y Nora Cabrera de Monella tienen 5 días hábiles para dar a conocer su decisión, prefieren terminar antes de escribir sus votos para no trabajar apremiados por plazos legales. Tras 40 años, así se sabrá qué sucedió aquella madrugada en los calabozos de la Base Almirante Zar de Trelew. Y qué papel jugaron Luis Sosa, Emilio Del Real, Carlos Marandino, Rubén Paccagnini y Jorge Bautista.
Todos enojados

Ayer fue el último día de alegatos. De nuevo hubo muy fuertes discusiones entre fiscales, querellantes y defensores. Se escucharon insultos en voz baja, acusaciones cruzadas y objeciones sinfín. Guanziroli, presidente del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, debió llamar al orden a las partes. Lo imitó la jueza Monella, mucho más enojada con lo que consideró “faltas de respeto”.
“Parecen chicos”, dijo alguien sin advertir que el micrófono estaba abierto. “Hubo mala fe y deslealtad procesal”, aseguró el fiscal federal Fernando Gélvez. “No se lo voy a permitir de ninguna manera”, casi gritó Gerardo Ibáñez, defensor de Jorge Bautista. Las escenas así se repitieron. La parte final del juicio dejó ánimos calientes y enojos mutuos.
Último alegato

Más temprano habían alegado Fabián Gabalachis y Gustavo Latorre, la dupla de defensores de Paccagnini. El dúo aseguró que si en Trelew hubo 3 sobrevivientes fue gracias a que su cliente, exjefe de la Base Zar, llegó a los calabozos para detener la matanza. Y que incluso si hubo una orden del presidente Alejandro Lanusse, los acusadores no demostraron ni a quién se la transmitió ni quién fue el militar que se la comunicó a Paccagnini.
“De ninguna manera hay ni un mínimo elemento ni de cómo habría llegado ese mensaje a mi cliente y a quién se lo ordenó el presidente”. En caso de ser condenado, los abogados pidieron que siga en libertad hasta que el fallo esté firme. Y que no vaya a cárcel común.
La primera aclaración del alegato fue que el marino –sobre quien pesa un pedido de prisión perpetua- no era el jefe de toda la Fuerza Aeronaval 3 sino sólo de la Base. “El Batallón de Infantería de Marina no tenía nada que ver con él y era totalmente independiente del Comando de Aviación”.
Según el alegato, Paccagnini fue el primero en llegar a la escena del crimen y de inmediato ordenó atención médica para los 6 heridos. “A esto no lo refutaron, ¿o ustedes creen que un conscripto de 18 años o un suboficial le podía ordenar a Sosa que pare de disparar? Fue el jefe de la Base”. Según Gabalachis, es “altamente probable” que Paccagnini no haya estado en la Enfermería para chequear que los heridos sean atendidos. “Pero sí ordenó la atención médica”.
“Guste o no, los detenidos estaban en el ámbito del Poder Judicial, bajo el control jurisdiccional del juez Jorge Quiroga –añadió-. Aunque su actuación hoy no resista el análisis de un Consejo de la Magistratura como el actual, era la autoridad de ese momento y la situación en esa época era muy distinta. Es como que dentro de 40 años alguien revise la actuación del tribunal de este juicio”.
Por su parte, Latorre advirtió que en la historia argentina “quedan muchas heridas por cerrar” y en ese sentido aseguró que el tribunal que preside Guanziroli “no tiene competencia ni potestad alguna para juzgar la historia. Hay que tener cuidado porque mirar todo con el prisma de la ideología nos puede conducir a la ilegalidad”. Una clara alusión a los presuntos móviles políticos del juicio.
El defensor aseguró que aún si se acepta que el 22 de agosto hubo un fusilamiento, “las pruebas son altamente insuficientes para endilgarle ninguna responsabilidad a Paccagnini”. En su repaso de testigos, recordó que los exconscriptos de la Base “reflejaron que Infantería y Marinería (donde el imputado era jefe) eran dos mundos aparte y sólo compartían el espacio físico de la unidad”. Según Latorre, ninguno dijo que su jefe era Paccagnini: todos mencionaron a Sosa, Fernández y Roberto Bravo.
Querellantes y fiscales “necesitan imperiosamente probar que hubo una orden para que el crimen sea de lesa humanidad”. En este sentido aseguraron que “hay una absoluta orfandad probatoria” ya que “nunca dijeron cómo fue esa comunicación directa de Lanusse con mi cliente, cosa que desconocemos”.
Sutil, Latorre derramó responsabilidad en Sosa: “¿Quién se puso al frente de la situación en el aeropuerto, parlamentó y negoció con los guerrilleros?, ¿quién formó una guardia especial para los calabozos?, según los testigos, ¿quién estaba presente luego del 22 en esas reuniones para difundir la versión oficial?, ¿quién tuvo ese protagonismo? ¿Paccagnini? No, Sosa”.
Calificó a la acusación contra el exjefe de la Base como “un salto al vacío realmente temerario” que sólo es creíble “si se desnaturaliza todo el contexto de la época”. Latorre aseguró que Paccagnini, a diferencia del resto, no desapareció de Trelew. “Siguió como jefe hasta el ´74 y si se sigue la lógica de los acusadores, para quienes los culpables se escaparon, esto lo desincrimina”.
Histriónico

Muchos testigos recordaron a un Paccagnini destruido anímicamente tras el 22 de agosto, sin entender lo sucedido. “Alberto Camps, uno de los sobrevivientes, dijo que se salvaron porque intervino gente de la Base que no estaba involucrada en la operación”. Para sus defensores, su cliente era parte de esta gente. “Si la orden era fusilarlos, ¿por qué iba a estar tan abatido y procuró sanarlos? A menos que tenga una personalidad histriónica que desconocemos y haya montado una escena por si acaso lo enjuiciaban 40 años después”, ironizó Latorre.
De acuerdo al alegato, son los acusadores quienes deben demostrar que los 3 heridos que murieron después no recibieron atención. Y que si esa madrugada hubo uniformados que no debían estar en los calabozos, como Emilio Del Real, lo deben explicar ellos y no Paccagnini. “El tribunal no tiene elementos para la certeza de que esa presunta orden de fusilamiento pasó por mi cliente. Y según todos los testimonios, si es que vino de afuera fue a través de la Infantería y no del jefe de Base”.#



Masacre de Trelew: «Fue Paccagnini el que paró los disparos», dijo su defensa - DIario El Chubut
 
«Si el Tribunal entiende que hubo fusilamiento por orden del presidente Alejandro Lanusse, no tendrá elementos que indiquen que esa orden pasó por Rubén Paccagnini», sostuvo ayer el abogado Gustavo Latorre, quien junto a Fabián Gabalachis defienden a quien fuera el jefe de la Base Almirante Zar de Trelew cuando 16 presos políticos murieron a manos de un grupo de marinos.

Los defensores de Paccagnini, para quien pidieron la absolución, consideraron en su alegato que a lo largo del juicio que se desarrolla en Rawson «ha sido hartamente insuficiente para endilgarle cualquier responsabilidad» a su defendido en la muerte de los militantes políticos.
No negaron que pudiera haber existido una orden emanada por el entonces presidente de facto, general Lanusse, como así tampoco descartaron que se haya tratado de un fusilamiento, pero enfatizaron que «si esa orden vino de afuera, no pasó por el jefe de Base, sino por la Infantería de Marina».
De ese modo el abogado Latorre delegó toda la culpabilidad endilgada a Paccagnini a quien fuera el jefe del Batallón de Infantería, el capitán Luis Emilio Sosa.
Paccagnini y Sosa están siendo enjuiciados junto a Emilio Del Real y Carlos Marandino por homicidio agravado por alevosía y en grado de tentativa en el caso de tres militantes que lograron sobrevivir. También se juzga por encubrimiento a Jorge Bautista, quien ofició de juez ad hoc por orden de la Armada.
Mientras que las querellas y los fiscales alegaron que la orden de Lanusse llegó al jefe de la Base Zar por la cadena de mandos, «no pueden seguir el orden de la cadena ni quién se la da a conocer a Paccagnini», sostuvo el defensor Latorre. En todo momento dejó en claro que no dependía de su cliente el Batallón de Infantería de Marina, y que por lo tanto no tuvo participación en la designación de la guardia especial en el sector de los calabozos.
Recordó Latorre la declaración del médico de la base, Lisandro Lois, quien en la declaración indagatoria había sostendio que «el sector de calabozos era el feudo del capitán Sosa, se constituía en horas inhóspitas».
Esa madrugada del 22 de agosto del ’72 «fue el arribo del jefe de la Base, Paccagnini, lo que paró todo», aseguró Latorre en referencia a los disparos en el sector de calabozos. Y Gabalachis sostuvo, contrariamente a lo indicado por las acusaciones, que su cliente «fue el primero en entrar y quien convocó a los médicos». Su compañero de la defensa se preguntó entonces «para qué procuró Paccagnini la atención de los sobrevivientes si la orden era un fusilamiento».

LOS TESTIGOS
En un tramo de su alegato, Latorre planteó que a lo largo del juicio pasaron varios testigos que dieron «su verdad» teñida de ideología. Y dirigiéndose a los miembros del Tribunal Oral Federal agregó que «muy poco importa la ideología que pueda tener cada uno de vosotros o lo que piensan que ocurrió, ni siquiera importa qué es lo que creen que efectivamente pasó en agosto de 1972; ustedes deberán decidir en base a qué fue lo que se probó».
Por otra parte, se refirió también al «premio» que dijo la acusación recibieron los marinos que tuvieron participación en la muerte de los militantes políticos. Mientras que al resto de los protagonistas los enviaron en misión al exterior, «Paccagnini continuó como jefe de la Base hasta 1974», dijo el abogado intentando desvincularlo de los hechos.

¿PRISION DOMICILIARIA?
A pesar de haber pedido la absolución de su cliente, Gabalachis se adelantó a un posible fallo condenatorio y reclamó ante esa posibilidad la prisión domiciliaria para Paccagnini.
Consideró para ello la avanzada edad del imputado y argumentó que de comprobarse el delito de lesa humanidad no impide el beneficio solicitado.

IMPUTADO Y PORTERO
El cierre de los alegatos fue para el abogado defensor del ex cabo Marandino, el único de los procesados que permaneció detenido a lo largo de todo el juicio.
El defensor oficial Gerardo González, quien tomó la defensa del ex cabo pocos días antes de iniciarse las audiencias, pidió la nulidad de lo actuado en la etapa instructoria en relación a su cliente.
Argumentó que Marandino «no tuvo una defensa seria» y que «fue abandonado» por sus anteriores abogados.
Por otra parte, González solicitó la absolución de su defendido soteniendo que «si lo miran a Marandino se darán cuenta que no pudo formar parte de un plan organizado», señalándolo como una persona sin injerencia dado que era un cabo recién llegado a la Base cuando ocurrieron los hechos.
Intentó minimizar la figura de Marandino diciendo que «funciona como el portero en el juicio» porque abre la puerta lateral para el ingreso de los abogados cuando no está la guardia de Prefectura.
Por la tarde continuó la audiencia con la réplica de las partes, esperando que se retome el juicio recién el miércoles 10 de octubre, cuando se fijará la fecha para la sentencia del Tribunal Oral Federal sobre un hecho que marcó la historia argentina hace 40 años en Trelew.



 

2 comentarios:

  1. una consulta: con un grupo de alumnos de segundo año del secundario queremos presenciar la lectura de la sentencia, somos de sierra grande rio negro, como podemos hacer o a donde nos tenemos que dorigir para poder ingrasar al centro cultural?

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  2. probablemente ese día el centro cultural esté repleto, pero esta previsto transmitirla y habra afuera actividades y radio abierta! quizas puedan contactarse a traves de Educación para ver si hay algo más previsto institucionalmente!

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