Dos querellantes portadores de la combativa tradición de Trelew
Telam, Eduardo Duschatzky
Dos
querellantes en el juicio por la Masacre de Trelew, Eduardo Hualpa y
Germán Kexel, comparten la búsqueda de verdad y justicia, a la vez que
una profunda identificación con la emblemática ciudad de Chubut que hace
40 años se levantó en repudio del fusilamiento de 19 presos políticos
en la base Almirante Zar de la Armada.
Los
dos abogados están convencidos, además, de que quedó ampliamente
probada la lesa humanidad de los delitos por los que están acusados
cinco marinos, en el juicio oral y público que se desarrolla en Rawson y
que tendrá sentencia alrededor de mediados de octubre próximo, según lo
previsto.
Eduardo Hualpa y Germán Kexel en el juicio, junto a Alicia de Bonet. |
Hualpa, que vive desde muy chico en Trelew, aunque nació en Mendoza
hace 42 años, dijo a Télam que es para él “un gran orgullo, un gran
honor, formar parte del equipo (de la querella) que representa a las
víctimas de este hecho”, a familiares de los fusilados el 22 de agosto
de 1972, durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse.
“Me siento un poco, modestamente, heredero de todos esos vecinos y
compañeros de Trelew y de Rawson que (hace cuatro décadas) se
pronunciaron, se manifestaron, no se quedaron callados y aportaron lo
suyo, primero para paliar la injusticia de los traslados (de presos
políticos) a cárceles tan alejadas de sus lugares y después (de la
Masacre), para denunciar las atrocidades”, expresó.
En cuanto a Kexel, nació en Trelew casi una década después de las
ejecuciones del 22 de agosto de 1972 en la base Zar y representa a la
querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en el juicio
que transita su tramo final.
“Soy nacido y criado en Trelew y como muchos de los jóvenes de aquí, a
los 18 años nos fuimos a estudiar afuera”, relató Kexel a esta agencia,
para agregar que la mayor parte de su desempeño como abogado
transcurrió en Buenos Aires y La Plata, en vinculación con
organizaciones de derechos humanos.
El hecho es que Hualpa se contaba ya en la segunda mitad en los `90
entre quienes reclamaban justicia para los jóvenes militantes
revolucionarios fusilados en Trelew, como parte de una generación
aproximadamente con la misma edad que la Masacre.
A su vez, la primera militancia de Kexel en los derechos humanos
coincidió con la derogación de las leyes de Obediencia Debida y de Punto
Final, lo vinculó a los juicios pioneros de La Plata, después a las
Abuelas de Plaza de Mayo y finalmente la Secretaría de Derechos Humanos
lo incorporó a su equipo para este juicio.
“Siempre quise ser parte de esto. Antes de iniciarse el juicio, como
tengo una relación de amistad con Eduardo Hualpa, colaboraba con él por
afuera, porque para mí es muy importante esta causa, en el proceso de
memoria, verdad y justicia en la Argentina y personalmente”, como
chubutense, explicó.
En sus alegatos finales de la semana última, las dos querellas
pidieron prisión perpetua para los cuatro marinos acusados por 16
homicidios y tres tentativas, junto a dos años de cárcel efectiva para
un quinto imputado por encubrimiento de esos delitos.
La semana próxima concluirán su alegato final los fiscales, luego lo
harán las defensas de los acusados y el Tribunal Oral Federal de
Comodoro Rivadavia, a cargo del juicio, dictaría sentencia a mediados de
octubre, según el cronograma estimado.
“El balance del juicio es muy bueno, en la medida en que se ha podido
escuchar con amplitud a testigos, personas que tenían elementos para
aportar a la causa, se han leído documentos, se han escuchado cintas
como la que apareció finalmente del audio de los sobrevivientes, hemos
visto películas, se ha considerado toda la literatura existente sobre la
Masacre de Trelew y su contexto histórico”, resumió Hualpa.
Con respecto a la cercana sentencia, recordó que las querellas
pidieron “perpetua para todos los asesinos; para el encubridor, la pena
máxima que correspondía, que era de dos años en el momento de los
hechos”.
“Y somos optimistas, porque la verdad ha surgido. Hace falta escuchar
todavía a las defensas, para ver qué plantean” en sus alegatos, pero
“el único planteo pendiente, el planteo (sobre que se trata de delitos)
de lesa humanidad, creemos que ese punto ha quedado definitivamente
esclarecido con este juicio”, subrayó.
Kexel coincidió en la evaluación del debate y destacó además “el
trabajo que hicieron el juez (Hugo) Sastre y el fiscal (Fernando) Gelvez
en la instrucción, muy puntilloso en materia de recolección de prueba”.
“Y se trabajó también mucho en la parte (del debate) oral, con la
presencia de los fiscales Gelvez, (Dante) Vega y (Horacio) Arranz y
también de la querella de (Carolina) Varsky y (Eduardo) Hualpa, la
querella de los familiares. Se produjo muchísima prueba relacionada con
la lesa humanidad de estos delitos y con los hechos en sí, que reafirman
esa convicción personal de que valió la pena la decisión de estar acá”.
Kexel se declaró también “plenamente satisfecho porque esta causa
tiene una gran significación jurídica y en el momento en que se declare
(en la sentencia) la lesa humanidad de los delitos, de inusitada
importancia y me imagino que este va a ser un fallo muy comentado
también en los ámbitos académicos”.
“Espero que esta vuelta de la historia cierre el punto de las
persecuciones, de las represalias, que quede definitivamente dada vuelta
esa página de la historia, con la verdad y con la justicia”, concluyó
Hualpa.
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