A las 16hs del domingo, la militancia de la provincia, la que viajó miles de kilómetros, y lxs vecinxs de Chubut, se fueron acercando a la Base. En ese lugar donde lxs compañerxs fueron llevadxs contra su voluntad, y donde fueron finalmente fusiladxs, se despejó el nublado cielo patagónico para dejar pasar los tibios rayos del sol del atardecer. Allí donde hubo frío, nos abrazamos. Allí donde hubo silencio, hoy gritamos los nombres de lxs compañerxs, de lxs treintamil.
Lxs principales oradorxs fueron familiares de las víctimas que contaron sus luchas, su experiencia en Trelew en aquellos años, y la importancia de la llegada de este juicio, aun cuarenta años después. También tuvo la palabra Encarnación de Mulhall, pobladora de Trelew reconocida por su solidaridad con las familias de lxs presxs políticxs en aquellos años, quien puso en su nombre a cientos de casas anónimas que albergaron a las familias en su paso.
La solidaridad de los pueblos de Trelew y Rawson, y en ellos a toda la provincia del Chubut, fue un elemento que sobrevoló todos los testimonios. Quizás ese sea un horizonte para no perder en el desarrollo de este proceso de revisión, considerando que este fue uno de los vínculos que se intentó destruir mediante el terror impuesto en la dictadura iniciada en 1976, y cuyo resultado se complementó con el individualismo durante los años noventa, dejando un país desvastado, y de una ciudadanía con menos herramientas para el ejercicio de sus derechos. Que la memoria, la verdad, y la justicia sean la plataforma donde edificar un presente de nuevos vínculos. Ese es el héroe colectivo.
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