"Yo me encontraba detenida en el
penal de Rawson desde el traslado en febrero del 1972 -cuenta Alicia-. Inauguramos
los dos pabellones de mujeres presas políticas. Me encontraba con Lea Place, Santucho,
Sabelli, Lesgart, que después fueron fusiladas en la Base. A nuestra llegada a Rawson sabíamos
que nuestra tarea era seguir militando y cambiando la situación en la que
estaba el país, sabíamos que se estaba organizando la posibilidad de una fuga.
Nos habíamos estado organizando para la fuga, había que hacer la lista de las
compañeras que por prioridad tenían que estar afuera." Alicia relata como salen los primeros compañeros
que llegaron al aeropuerto, y cómo la segunda tanda es finalmente trasladada
hasta la base. Ella permanece en el grupo que queda dentro del penal, hasta que es
negociada la entrega.
"El mismo 22 nos enteramos a través
de los presos comunes que se habían intentado fugar los compañeros y habían
sido muertos. Nosotros sabíamos que la Base estaba aislada de todo. A parte de
la preparación político militar de los compañeros era imposible que eso pase.
Evidentemente la represión posterior a la fuga fue fuerte, cruel y a los pocos días
fuimos trasladadas las mujeres nuevamente al penal de Devoto, encerradas las 24
horas."
Con posterioridad a la fuga el
maltrato se multiplicó, “se nos encerraba en celdas, se nos sacaba la ropa, se abría
la puerta para que entre frío, nos habían cortado el agua caliente, no daban
comida.” Luego del traslado a Devoto, se enteran que Berger había sido
trasladada a Devoto también, al hospital. "A los 20 días de estar internada es trasladada
al pabellón y tuve posibilidades de charlar con ella en el baño o en la ducha y
a través de papelitos. Me contó con detalles lo que paso en la base."
Continúa el relato: Nos contó cómo había sido la llegada
al aeropuerto de Trelew, la entrega de las armas en el aeropuerto, el traslado a
la Base Almirante Zar, cómo estaban en perfectas condiciones físicas cuando llegaron
a la base. Allí los metieron en celdas de dos y tres, sufrieron el maltrato del
15 al 22, sin ropa, con insultos y golpes. "Contó cómo el 22 fueron puestos en
filas, con la cabeza agacha, cómo había uno de la marina que los insultaba y
pasaba. Luego empezaron los disparos de metralleta, luego disparos aislados, le
fueron dando el tiro de gracia a uno por uno. María Antonia quedó con vida, no perdió
el conocimiento. Ella intentó escribir en la pared patria o muerte.”
Ellxs pensaban que no iban a salir con vida de
la base. Había ocurrido antes que los despertaran. En Rawson después de
la fuga ocurría que les prendieran la luz y radio para despertarlxs. Ella no dio
nombres, y no me habló de los colores de uniformes. "Berger pudo arrastrarse hasta
dentro de la celda, María Angélica estaba al lado, estaba muerta. Los guardia
cárceles no tenían carteles con nombres. En la mesita que estaba adelante del
pasillo siempre había gente de la Marina sentada. Ella quedó herida en el
pasillo. El que entró le puso la 45 en la cabeza, ella sintió que le estalló la
cabeza. Sintió que entraban a distintas celdas y daban tiros de remate a los compañeros.
Ellos dijeron “esta yegua está con vida" y le pusieron la 45 y sintió como se
moría en ese momento”.
Pero Alicia sigue, como hace 40 años. "Yo tengo mi compañero desaparecido
que estaba en el penal de Rawson después de la fuga. Sé de toda la persecución
de la familia de los fusilados. La familia de Pujadas fue exterminada, el padre
de Clarisa Lea Place en Tucumán, el hermano de Capello, a los Santucho, a los
Polti. Mi compañero desapareció el 14 de noviembre del 74. Nos quemaron los libros,las ropas. De mi familia
política son 7 los desaparecidos entre el 75 y el 77."
Alicia es una muestra más, en carne viva, de la sistematicidad de la represión en aquel entonces. De las marcas sobre familias enteras. De ese silencio y ese vacío enormes que algunas voces llenaron ya hace 40 años. De ese silencio que hace un mes comenzamos a desandar con memoria, verdad y justicia.
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