Testimonio de Alicia Sanguinetti, audiencia del 06 de junio

«Cuando entraron a la celda de ella y le pusieron la 45 acá, en la cara, dijeron ‘esta yegua está viva’, no perdió totalmente el conocimiento pero dice que sintió que le estalló la cabeza y pensó que se moría en ese momento», dijo Alicia Sanguinetti que le contó María Antonia Berger, una de las sobrevivientes de la Masacre de Trelew cuando se reencontraron en la cárcel de Villa Devoto.




"Yo me encontraba detenida en el penal de Rawson desde el traslado en febrero del 1972 -cuenta Alicia-. Inauguramos los dos pabellones de mujeres presas políticas. Me encontraba con Lea Place, Santucho, Sabelli, Lesgart, que después fueron fusiladas en la Base. A nuestra llegada a Rawson sabíamos que nuestra tarea era seguir militando y cambiando la situación en la que estaba el país, sabíamos que se estaba organizando la posibilidad de una fuga. Nos habíamos estado organizando para la fuga, había que hacer la lista de las compañeras que por prioridad tenían que estar afuera." Alicia relata como salen los primeros compañeros que llegaron al aeropuerto, y cómo la segunda tanda es finalmente trasladada hasta la base. Ella permanece en el grupo que queda dentro del penal, hasta que es negociada la entrega.

"El mismo 22 nos enteramos a través de los presos comunes que se habían intentado fugar los compañeros y habían sido muertos. Nosotros sabíamos que la Base estaba aislada de todo. A parte de la preparación político militar de los compañeros era imposible que eso pase. Evidentemente la represión posterior a la fuga fue fuerte, cruel y a los pocos días fuimos trasladadas las mujeres nuevamente al penal de Devoto, encerradas las 24 horas."



Con posterioridad a la fuga el maltrato se multiplicó, “se nos encerraba en celdas, se nos sacaba la ropa, se abría la puerta para que entre frío, nos habían cortado el agua caliente, no daban comida.” Luego del traslado a Devoto, se enteran que Berger había sido trasladada a Devoto también, al hospital. "A los 20 días de estar internada es trasladada al pabellón y tuve posibilidades de charlar con ella en el baño o en la ducha y a través de papelitos. Me contó con detalles lo que paso en la base."


Continúa el relato: Nos contó cómo había sido la llegada al aeropuerto de Trelew, la entrega de las armas en el aeropuerto, el traslado a la Base Almirante Zar, cómo estaban en perfectas condiciones físicas cuando llegaron a la base. Allí los metieron en celdas de dos y tres, sufrieron el maltrato del 15 al 22, sin ropa, con insultos y golpes. "Contó cómo el 22 fueron puestos en filas, con la cabeza agacha, cómo había uno de la marina que los insultaba y pasaba. Luego empezaron los disparos de metralleta, luego disparos aislados, le fueron dando el tiro de gracia a uno por uno. María Antonia quedó con vida, no perdió el conocimiento. Ella intentó escribir en la pared patria o muerte.”

Ellxs pensaban que no iban a salir con vida de la base. Había ocurrido antes que los despertaran. En Rawson después de la fuga ocurría que les prendieran la luz y radio para despertarlxs. Ella no dio nombres, y no me habló de los colores de uniformes. "Berger pudo arrastrarse hasta dentro de la celda, María Angélica estaba al lado, estaba muerta. Los guardia cárceles no tenían carteles con nombres. En la mesita que estaba adelante del pasillo siempre había gente de la Marina sentada. Ella quedó herida en el pasillo. El que entró le puso la 45 en la cabeza, ella sintió que le estalló la cabeza. Sintió que entraban a distintas celdas y daban tiros de remate a los compañeros. Ellos dijeron “esta yegua está con vida" y le pusieron la 45 y sintió como se moría en ese momento”.
Pero Alicia sigue, como hace 40 años. "Yo tengo mi compañero desaparecido que estaba en el penal de Rawson después de la fuga. Sé de toda la persecución de la familia de los fusilados. La familia de Pujadas fue exterminada, el padre de Clarisa Lea Place en Tucumán, el hermano de Capello, a los Santucho, a los Polti. Mi compañero desapareció el 14 de noviembre del 74. Nos quemaron los libros,las ropas. De mi familia política son 7 los desaparecidos entre el 75 y el 77."

Alicia es una muestra más, en carne viva, de la sistematicidad de la represión en aquel entonces. De las marcas sobre familias enteras. De ese silencio y ese vacío enormes que algunas voces llenaron ya hace 40 años. De ese silencio que hace un mes comenzamos a desandar con memoria, verdad y justicia.

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